Todo comenzó con un sueño. O tal vez con una visita a Portugal.

Una tarde calurosa de verano en Portugal, sentados bajo la sombra generosa de un arbol. Imaginamos cómo sería vivir más conectados con la naturaleza.

La vida corría deprisa, entre compromisos y el bullicio de las ciudades, en Toronto, Canadá y Ciudad de Mexico. Pero el corazón pedía otro ritmo, otro hogar. Queríamos un lugar donde el tiempo se desacelerara, donde los días empezaran con el canto de los pájaros y terminaran bajo un cielo estrellado. Un lugar para compartir, acoger, sentir.

Así nació Quinta Kabaceira — más que un refugio, un rincón del mundo donde cada detalle fue pensado con amor. Aquí celebramos el silencio de la tierra, el olor a madera mojada, el sabor del pan recién hecho, la alegría de las conversaciones sencillas. Cada piedra, cada planta, cada rincón guarda un pedacito de nuestra historia — y está listo para recibir la tuya.

Quinta Kabaceira es una invitación: a vivir despacio, a respirar profundo, a volver a lo esencial.

Y esta historia, que comenzó con un árbol, crece un poco más cada vez que alguien llega y se siente en casa.